Antes de aplicar un aceite corporal es bueno preparar la piel para que su efecto se multiplique. La técnica del cepillado en seco, ha sido empleada desde la antigüedad por diversas culturas, si nos remontamos a sus orígenes podríamos encontrar que los antiguos egipcios fueron sus pioneros. También aparece como parte del ritual ayurvédico y se la conoce como garshana, cuya función es activar la energía con el fin de liberar toxinas y limpiar el cuerpo de células muertas y está especialmente indicada para desbalances de kapha. En Ayurveda va acompañada de la técnica de abyangha, que viene a ser un masaje corporal que proporciona calor al cuerpo, nutriéndolo.
¿Realmente funciona esta técnica ancestral?
Si comparamos el cepillado en seco con la exfoliación húmeda, técnica que se ha incorporado posteriormente al mundo de la belleza, sí es más efectiva, porque trabaja el cuerpo de un modo más completo, de dentro a afuera. Tiene su lógica que previo a la aplicación de un producto, la piel tenga que estar limpia de impurezas y esto se consigue eliminando la toxicidad que acumulamos.
El correcto uso del cepillo en seco no sólo estimula la micro-circulación sanguínea, sino que además reactiva el sistema linfático, eliminando la linfa que acumulamos y liberando mayor cantidad de toxinas y células muertas que con la exfoliación húmeda. El masaje se aplica ejerciendo más presión en las zonas donde la piel es más gruesa y se suaviza donde la piel es más fina.
Además incorporar esta rutina diaria, estimula la producción de aceite natural, devolviendo tersedad y suavidad a nuestra piel y previniendo la aparición de celulitis.
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